La Navidad es una época de celebración y grandes banquetes donde la comida y el vino se convierten en protagonistas. Escoger el vino adecuado puede elevar cada plato y convertir una buena comida en una experiencia inolvidable. Aquí te ofrecemos consejos prácticos para acertar en tus maridajes navideños y sorprender a todos los comensales.
1. Conoce las reglas básicas del maridaje
Aunque la creatividad siempre es bienvenida, algunas normas básicas te pueden servir de guía:
- Vinos ligeros con platos ligeros: Combina blancos frescos o tintos suaves con entradas, pescados o ensaladas.
- Vinos con cuerpo para platos intensos: Acompaña carnes rojas, estofados o platos con salsas ricas con tintos robustos.
- El dulce con dulce: Para los postres, opta por vinos dulces como un Moscatel, Sauternes o Pedro Ximénez.
2. El equilibrio es clave
Las comidas navideñas suelen ser copiosas y con sabores intensos. Elige vinos que aporten equilibrio:
- Para platos grasos como carnes asadas o cordero, un vino con buena acidez (como un Tempranillo joven o un Pinot Noir) ayuda a limpiar el paladar.
- Si hay salsas cremosas o quesos fuertes, un Chardonnay con barrica o un tinto estructurado como un Syrah serán grandes aliados.
3. Ofrece opciones para todos los gustos
En las cenas de Navidad, los invitados suelen tener preferencias variadas. Incluye:
- Un blanco fresco como un Sauvignon Blanc para quienes prefieren opciones ligeras.
- Un tinto clásico como un Cabernet Sauvignon para los amantes de sabores intensos.
- Un espumoso seco o un Cava Brut para brindar y acompañar desde los aperitivos hasta los postres.
4. Considera la cocina tradicional navideña
Cada región tiene sus platos típicos, y adaptar los vinos a ellos puede ser un éxito:
- Aperitivos y entrantes: Croquetas, mariscos o embutidos se maridan bien con vinos espumosos o blancos jóvenes.
- Plato principal: Carnes asadas, pescados al horno o guisos tradicionales encuentran en los tintos con cuerpo o blancos con crianza un complemento perfecto.
- Postres navideños: Polvorones, turrones y tartas se combinan idealmente con vinos dulces o un espumoso semiseco.
5. No te olvides de los espumosos
Los vinos espumosos son versátiles y perfectos para celebrar. Su acidez y burbujas equilibran comidas grasas y dulces, siendo ideales para comenzar con aperitivos o cerrar con postres. Elige un Champagne o Cava si buscas sofisticación, o un Prosecco para algo más ligero.
6. Atrévete con maridajes originales
Si quieres sorprender, prueba combinaciones menos convencionales:
- Un Riesling dulce con foie gras o platos especiados.
- Un vino rosado seco con carnes blancas o pescados grasos.
- Un tinto joven ligeramente frío para acompañar ensaladas o pastas navideñas.
7. Sirve los vinos a la temperatura adecuada
En Navidad, las mesas suelen estar llenas de platos calientes, por lo que es importante servir el vino a la temperatura ideal para disfrutar al máximo sus características:
- Blancos entre 8-12 °C.
- Tintos jóvenes entre 12-15 °C y tintos con cuerpo a unos 16-18 °C.
- Espumosos bien fríos, alrededor de 6-8 °C.
8. Apuesta por vinos locales
Las fiestas son una gran oportunidad para descubrir vinos de tu región. Cada país tiene denominaciones de origen únicas que combinan perfectamente con los platos tradicionales.
En Navidad, más allá de las reglas, lo importante es disfrutar y compartir. Escoge los vinos pensando en el menú y los gustos de tus invitados, y crea una experiencia inolvidable llena de brindis y buenos momentos. ¡Salud y felices fiestas!